lunes, 3 de julio de 2017

EL CÍRCULO: VIGILAR Y FACTURAR

El círculo. Director: James Ponsoldt. Protagonistas: Emma Watson, Tom Hanks, John Boyega, Patton Oswalt, Bill Paxton y Glenne Headly, entre otros. Guionistas: James Ponsoldt y Dave Eggers, basado en la novela homónima de Dave Eggers. Imagenation Abu Dhabi FZ / Likely Story /Parkes+MacDonald Image Nation / Playtone / Route One Entertainment. EE.UU., 2017. Estreno en la Argentina: 29 de junio de 2017. 

La noche anterior me había acostado muy tarde. Esa mañana me desperté temprano para llevar a mi hija al colegio. Cuando llegué a la privada de prensa, estaba destruido. Con mucho sueño. Y pasó lo que no debería pasar en ninguna función. Me quedé dormido. Muy profundamente dormido, supongo, por los ronquidos que debo haber emitido para que el colega que tenía sentado al lado, con toda consideración y cuidado, me codeara lo necesario hasta que recuperara el conocimiento y la compostura. 


Fea la actitud. Con cualquier otra película, lo hubiera agradecido. Pero con El círculo (The Circle), no. Si los brazos de Morfeo me privaron del entendimiento y la capacidad de disfrute, pido disculpas. De no ser así, el sueño que estaba soñando (que no lo recuerdo) era mucho más interesante que esta paparruchada de Emma Watson y Tom Hanks. ¿Ecos de 1984? ¿Épica comparable a Un mundo feliz? Ni por las tapas. 


Con la puesta en escena de una charla TED y la profundidad conceptual de un manual (vencido) de marketing, la trama sigue los pasos de una jovencita (Emma Watson) contratada por la empresa megaglobal El círculo, propiedad de Bailey (Tom Hanks), que de antemano adivinamos ya ha cruzado todos los límites éticos, morales, económicos, financieros y tecnológicos, presentes y por inventar en este futuro cercano que de postapocalíptico tiene (sobre todo) el aburrimiento. 


Distopía pretenciosamente naif, El círculo no le aporta nada nuevo a las investigaciones sobre manipulación de la información, acciones de vigilancia masiva, violación de la intimidad, supeditación de la política a los intereses corporativos y el largo etcétera que hoy podemos definir como “sociedad orwelliana”. No leí la novela en la cual se basa el filme, pero si éste resultara fiel reflejo de aquella, no dudaría en llamar a Guy Montag para que haga lo que mejor sabe hacer. Quemar libros. 
Fernando Ariel García

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